Ma. Cristina Badán Zuccolini
Soy Ma. Cristina Badán Zuccolini y tengo 58 años.
Nací en Paysandú y soy la mayor de tres hermanas.
A la hora de estudiar elegí magisterio, pues la situación familiar no me permitía otra cosa.
Lo que ignoraba era que a la semana iba a quedar atrapada con la carrera de tal manera que me proyecté profesionalmente desde mi ser maestra, algo que viví con pasión.
Todos estos años, estar en una clase supuso casi siempre como una especie de juego en el que la interacción entre los niños y yo se dio de manera natural.
Tuve la suerte de experimentar la diariamente renovada magia que la lectura y la escritura suscitaba en muchos niños y niñas. ¡ Tantos!
Ello, unido a mi pasión alimentada desde temprana edad por la lectura (aprendí a leer a los cuatro años de manos de mi padre), hizo de mi una escritora “amateur”.
Me gustó siempre inventar mis propios cuentos, la mayoría para ilustrar situaciones de aula y he disfrutado y disfruto, compartiéndolo con los niños y niñas.
Pasadas más de dos décadas, sentí la necesidad de trabajar más codo a codo con las dificultades de los niños. Es entonces, cuando a mediados de los 90 realizo un pos grado en dificultades del aprendizaje y trabajo con modalidad de taller en un colegio de Paysandú y en un centro de rehabilitación.
Hoy lo hago en un Club de Niños en Nuevo París Norte.
Desde que tengo conciencia, leo. Y leo mucho, diría que vorazmente. Y así, casi sin darme cuenta, la lectura a la escritura se unieron naturalmente.
Y a lo largo de los años, se fueron sumando muchos cuentos para niños.
Algunos los guardé. Otros los regalé y muchos se perdieron por el camino.
Los que ofrezco hoy son los que quedaron. Y hay más que voy escribiendo en cualquier lado, especialmente cuando viajo o estoy de vacaciones. Casi todos tienen una característica común: el humor.
Soy una mujer con mucho sentido del humor y tengo la certeza de que éste es una medicina muy eficaz, sanadora, antídoto de muchos males en un mundo tan roto para muchos, especialmente los más vulnerables: los niños.
Con el humor, la risa estentórea surge y hay niños que transforman desde él -cuando es sano y picaresco a un tiempo-, su manera de comunicarse con el mundo.
¡Benditos los niños! ¡Bendito el humor!
Agradecemos a Ma. Cristina Badán Zuccolini por el cuento "Emilia Berriche" que nos permite publicar y a Magdalena Zambra por ilustrarlo.
Conocemos a Magdalena Zambra Carrere
Soy Magdalena Zambra Carrère. Tengo 19 años.
Nací en Fray Bentos. Vivo en Montevideo porque estudio Ingeniería Química
Desde chica me encantó el dibujo.
En mi adolescencia hice talleres en "La casa de las artes" y en
APRIONE, en F. Bentos.
Juego, por hobby, seguí dibujando.
Esta es la primera vez que ilustro un cuento infantil.