Bibliotecas Escolares en el Uruguay

Bibliotecas Escolares en el ámbito público del Uruguay: reseña histórica

Por: Lic. Liliana Cabrera, Lic. Angélica Vázquez 

 

La Educación fue, desde el surgimiento de nuestro país como nación independiente, uno de los instrumentos más importantes para la formación de nuestra identidad nacional. Se basó fundamentalmente en la necesidad de fortalecer la nación y la ciudadanía y de ir creando un sistema igualitario de oportunidades. A lo largo de la historia de nuestro país las bibliotecas han estado presente en el pensamiento y deseo del pueblo uruguayo, apoyando -en distintas instancias-,  al sistema educativo nacional.

Las mismas contemplaban a toda la población de la época, (biblioteca pública), a la educación primaria (bibliotecas escolares) y a la formación de los maestros. 

Es así como, en 1816, nuestro prócer José G. Artigas resolvió conmemorar las efemérides del 26 de mayo con la inauguración de la primer Biblioteca Pública de Montevideo.

Años más tarde entre 1826 y 1847 con la creación de la Ley de la Escuela Pública Uruguaya (10 de febrero de 1826) y el Instituto Nacional de Educación Pública (1847),  comenzó la dotación de libros a las escuelas para uso de niños y docentes.

En 1876 (18 de setiembre) se crea la Biblioteca Magistral por parte de la Comisión de Instrucción Pública de Montevideo, aprobada por nuestro reformador José Pedro Varela- antecedente de la Biblioteca Pedagógica Central-  emitido por el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública y creada por decreto del Poder Ejecutivo el 25 de enero de 1889. En "La Educación del Pueblo" Varela expresaba "que haya en la escuela una biblioteca, cuyos libros puedan leer los niños mayores, sea para profundizar losestudios que siguen en las clases, sea para contraer el hábito de leer".1

En el marco de la reforma impulsada por José Pedro Varela quien tenía como una de sus principales preocupaciones el establecimiento de Bibliotecas Escolares y Populares en el país se plasma la creación de las mismas a través de la Ley de Educación Común (1877), facultando la creación de Comisiones Especiales que se encargarían de seleccionar el material bibliográfico para las escuelas2. En el Proyecto de Reglamento de la mencionada ley se crea en 1878 la Biblioteca Escolar y Popular en la Escuela Nº 5 de 2º Grado en el distrito de Tres Cruces de la ciudad de Montevideo3. Siendo el primer reglamento documentado en el que se destaca la organización y funcionamiento de la biblioteca, así como también el uso del libro por parte del niño,  estableciendo en su artículo 9º que :"Los alumnos de la Escuela o Escuelas Públicas del distrito de más de 10 años de edad, podrán llevar libros para leer o estudiar en las mismas condiciones citadas en el artículo 8º respecto del tiempo, no pudiendo sin embargo hacerlo sin consentimiento de los Preceptores o Ayudantes, tanto por lo que hace al comportamiento del alumno, como por la calidad moral del libro solicitado. Los de menos de 10 años podrán llevar libros elementales, sujetos a juicio de las Preceptoras"4 Además estipula fundamentalmente, quiénes son los socios, sistema de préstamo, dotación de libros y tareas que competen al bibliotecario

Recién en 1897 se conoce la Reorganización y Reglamento de las Bibliotecas Escolares (16 de febrero de 1897) aprobado por el inspector nacional Urbano Chucarro .En él se destina el uso del libro al personal docente. Establece además que la Inspección Departamental en cada punto del país designa a las personas a desempeñar el cargo de bibliotecario y las tareas que debe de realizar. En las escuelas que no lo tenga, la conservación y el cuidado de las bibliotecas estará a cargo de los maestros, siendo los directores los responsables del cumplimiento del reglamento. No obstante ello, la falta de recursos suficientes entorpeció y/o hizo imposible el funcionamiento de las mismas debiendo recurrirse a la población para la ampliación y sostenimiento de las Bibliotecas Escolares (1900). 

Desde comienzos de siglo la Biblioteca Pedagógica Central dependiente del Consejo de Educación Primaria, contó con Bibliotecas Infantiles que han estado funcionando en diferentes escuelas. Conservan el nombre de Infantiles - aunque de hecho son escolares - porque originalmente eran la Sección Infantil de la Biblioteca Pedagógica Central (hasta 1956). Con el transcurso de los años y por diferentes motivos (carencia de personal, necesidad de establecer aulas donde estaban ubicadas las bibliotecas “infantiles”, deterioro y no reposición del material, y cierre de algunas de sus escuelas,) llevaron a que dicha iniciativa dejara de funcionar. Lo que no implicaba que aquellas escuelas que así lo deseasen pudiesen solicitar asesoramiento a la Biblioteca Pedagógica Central para armar sus bibliotecas escolares.

El 22 de agosto de 1911 se emitió una circular donde se recomendaba a los Inspectores que dieran a conocer a los maestros cómo deberían utilizar los libros de las Bibliotecas Escolares.

A partir de las décadas siguientes se realizaron numerosos intentos de creación, mantenimiento y difusión de las Bibliotecas Escolares tanto en los departamentos del interior del país (1942) como en Montevideo (1946). Las mismas contaron con el apoyo de autoridades de la Enseñanza Primaria y Comisiones Fomentos de Padres, pudiéndose contar con Bibliotecas cuyos acervos bibliográficos eran valiosos en cantidad y calidad de la información. 

En la década del '70 y en la esfera de la Educación Rural, como respuesta a las necesidades del medio, el maestro Abner Prada realizó un trabajo titulado "Educación para el desarrollo rural en América Latina" publicado por UNESCO – CEPAL .Su propuesta era la de crear un centro de animación rural y de recursos educativos. De esta manera se pretendió poner al servicio de alumnos, docentes, padres y comunidad en general, los materiales bibliográficos, recreativos y audiovisuales de que disponían las escuelas rurales.

En 1987, teniendo como antecedente la propuesta anteriormente mencionada y en el ámbito de la Inspección Nacional de Escuelas de Prácticas del Consejo de Educación Primaria, surgió un proyecto experimental sobre la  instalación de Centros de Recursos para el Aprendizaje (CRA) como forma continua del mejoramiento de la calidad de la educación, incentivando el uso y la creación de materiales didácticos, audiovisuales y bibliográficos en relación con el nuevo programa y las actuales orientaciones educativas. Con la creación de estos Centros se pretendió formar niños lectores, investigadores, con espíritu crítico, capaces de utilizar distintos soportes de información, apoyando así su aprendizaje curricular.

Con este Proyecto estaríamos asistiendo en el Uruguay a una nueva forma de concebir  la Biblioteca Escolar. De una biblioteca estática, con dotación de libros y revistas, con servicio de préstamo y Sala de Lectura, a la concepción dinámica, en  un ambiente acogedor y estimulante para promover el gusto por la lectura, con material bibliográfico atractivo y adecuado a los niños y con la incorporación de material no bibliográfico disperso por el Centro Escolar, tales como mapas, láminas, diapositivas, cassettes, juegos y videos, facilitando que los materiales de aprendizaje estuvieran al alcance de los niños y de los maestros.

En 1992 dicho proyecto se había extendido a todo el país lográndose una cobertura del 23 % de las Escuelas (578) y del 27, 1% de los Maestros (4.290) que trabajaban con los CRA en un total de 2.482 Escuelas y 16.562 maestros.

A partir de 1994 con el aporte de libros y material didáctico del Proyecto MECAEP (Proyecto de Mejoramiento de la Calidad de la Educación Primaria) y en el marco de la Reforma Educativa (1995) comenzó a generalizarse la implementación de los CRA en las Escuelas Públicas de todo el país, priorizando su instalación en aquellas escuelas de contextos socioeducativos desfavorables. Nuevamente la carencia de recursos humanos, materiales y económicos así como la inexistencia de  políticas educativas que asegurasen su sustentabilidad y  fortalecimiento  a largo plazo, dificultaron esta propuesta.

Considerándose insuficiente el alcance de estas bibliotecas así como también la falta de personal especializado y dada la situación actual de las Bibliotecas Escolares del Uruguay surgió la propuesta del Departamento de Bibliotecas y Museos y de la Biblioteca Pedagógica Central de crear una Biblioteca Infantil Central como modelo de Biblioteca Escolar  acorde a nuestra realidad. (1996 - 1997)

A comienzos del siglo  XXI surgió una iniciativa de definir y gestionar  un proyecto sobre bibliotecas escolares a nivel regional, en  el que participaba Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay.

En la XXX Reunión del Foro de Consulta y Concertación Política del MERCOSUR, Bolivia y Chile  y en el  Informe de la presidencia pro tempore uruguaya del Foro de Consulta y Concertación Política al Consejo del Mercado Común “ Se aprobó la creación en el ámbito de la Comisión Regional Coordinadora de Educación Básica de un Grupo Gestor del proyecto ‘Biblioteca Escolar del MERCOSUR’, que deberá presentar en la XXVI Reunión de Ministros de Educación una propuesta para implementar este proyecto” 5 .

Dicho GGP (Grupo Gestor del Proyecto) comenzó  organizarse  en el año 2004.  En el año 2005, el Ministerio de Educación y Cultura avanzó en la definición y gestión del Proyecto “Biblioteca Escolar Mercosur”. Las Bibliotecas Escolares del MERCOSUR: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, y las de Bolivia y Chile -en calidad de países asociados-, constituyen colecciones de libros de cada país miembro del bloque y están dirigidas a comunidades educativas de nivel primario o medio de zonas de frontera, pero abiertas a ámbitos más amplios de participación. Este proyecto es una iniciativa para acrecentar los acervos de las bibliotecas escolares y para favorecer no sólo la ampliación de los conocimientos de literatura por parte de los alumnos, sino también para abrir el horizonte cultural hacia el conocimiento de otras realidades. El proyecto incluía la orientación de los beneficiarios, por lo que los días 8 y 9 de octubre de 2007se realizó en Santiago de Chile, la I  Jornada de Capacitación y puesta en marcha del Proyecto de Bibliotecas Escolares MERCOSUR. En el 2008,  las obras escogidas se encontraban en diferentes bibliotecas escolares en los puntos más variados de cada país.  En el año 2012 (13 y 14 de noviembre) se efectuó la II Jornada de Capacitación del Proyecto de Bibliotecas Escolares MERCOSUR en Santiago de Chile. Participaron  docentes y representantes de los Ministerios de Educación y organizaciones asociadas de Uruguay, Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Venezuela.

Paralelamente en nuestro país, en diciembre de 2010 comenzó un proyecto piloto que buscaba mejorar las competencias lectoras de los niños de las escuelas públicas. El mismo se denominó Biblioteca Plan Ceibal. Se trata de una biblioteca digital que se encuentra en los servidores de todas las escuelas de Uruguay y habilita a los alumnos y maestros a descargar más de 100 libros, sin depender de la conexión a Internet.

En el 2012 ( 3 de octubre) y en el marco de la 35ª Feria Internacional del Libro, el Plan Ceibal suscribió un convenio con las más importantes editoriales de nuestro país , por el cual se incluirán libros de texto de Educación Primaria y Media y libros para niños y adolescentes en la Biblioteca Ceibal.

De esta reseña se desprende que en el Uruguay- si bien ha habido numerosas tentativas  desde el siglo XIX hasta la fecha, así como un comprobado interés por parte de los niños y maestros, para la creación de bibliotecas escolares-, resulta muy difícil su implementación y  su permanencia, no existiendo además  una legislación articulada sobre las mismas.

En un mundo de transformaciones permanentes el sistema educativo uruguayo tiene la responsabilidad de enfrentar los desafíos impuestos por la sociedad yel mundo que nos rodea por lo que la información pasa a ser un elemento fundamental en este proceso

Sin Bibliotecas Escolares - en su nueva concepción- que fomenten el gusto por la lectura en sus distintos soportes y el correcto manejo de los recursos informativos que facilite otros caminos por los cuales se pueda construir el conocimiento, difícilmente se logrará una población adulta  convencida de la necesidad de las mismas y que sea habitual  usuaria de ellas.

 

[1] VARELA, José Pedro. La Educación del Pueblo. Montevideo, El Siglo Ilustrado, l910.

[2] ARAÚJO, Orestes. Legislación escolar cronológica de 1896 a1897. Montevideo, Dornaleche y Reyes, 1898. Vol I

[3] En  VARELA, José Pedro. Memoria correspondiente al período transcurrido desde el 24 de agosto de 1877 hasta el 31 de diciembre de 1878. Montevideo, La Tribuna, 1879. Vol.2. p. 587-591

[4] En VARELA, José Pedro. Ídem. p. 587-591

[5] Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Oriental del Uruguay.Presidencia Pro Tempore. Foro de Consulta y Concertación Política del MERCOSUR, Bolivia y Chile, 2003. p.1. 

 

 

 

ANEXO.pdf (110343)