Dinamización de la lectura

El mediador entre el libro y la lectura desde la Biblioteca Escolar

Por Lic. Liliana Cabrera.
 
La biblioteca escolar es o debería ser un espacio concebido como centro promotor de cultura y apoyo al programa escolar, promoviendo y desarrollando hábitos de lectura y colaborando a crear lectores autónomos, para poder lograr la satisfacción de las necesidades formativas, informativas, recreativas y culturales de la población.


En el Uruguay la existencia de bibliotecas escolares a nivel público es muy escasa y la presencia de personal capacitado exclusivamente para su atención, con horario definido y planificación realizada de acuerdo al proyecto de centro, es prácticamente irreal e ilusoria. Generalmente-en el mejor de los casos- se trata de maestros, que entre sus múltiples tareas, tienen además la encargatura de la biblioteca. Excepcionalmente la Comisión de Amigos del centro escolar contrata a un maestro jubilado o a un bibliotecólogo para cumplir con dicha función; -en cambio-, la situación mejora un poco en la educación privada.

No obstante ello, aunque la escuela tuviese una biblioteca organizada y en funcionamiento, la sola presencia de libros es insuficiente para promover la lectura. “Los niños requieren un intermediario, un mediador que facilite sus primeros encuentros con los libros, que les ayude a descubrir el significado, la emoción y el gozo que encierran, y  que mantenga su interés en la lectura hasta que llegue a formar parte indispensable de su vida cotidiana. La afición a la lectura depende de la relación estrecha y significativa con personas que valoren y disfruten la lectura, que contagien con su entusiasmo al lector en ciernes. Sin adultos lectores en el entorno es difícil que los niños lleguen a interesarse por leer.”   (D. LERNER: Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible, lo necesario, México, FCE, 2001)

Pero ¿qué significa ser mediador entre la lectura y el niño? ¿y porqué su importancia? Según Cerrillo, “el mediador es el puente o enlace entre los libros y esos primeros lectores que propicia y facilita el diálogo entre ambos.” (CERRILLO, Pedro. 2002). Entonces, ¿cómo es posible captar al niño del siglo XXI para que sea un lector asiduo?

Evidentemente los mediadores deben elaborar estrategias cada vez más atrayentes para lograrlo, así como haber experimentado el placer por la lectura; ya que quien lo desconoce no puede conseguirlo.

Para ello es necesario  establecer los fundamentos  para que el niño logre apropiarse de un proceso que no solo será de utilidad para su actividad escolar, sino que también le servirá para la resolución de los problemas cotidianos así como vía de escape para un mundo nuevo y en continuo cambio.

El cumplimiento del rol del mediador como promotor de la lectura permitirá que la biblioteca se convierta en un entorno motivador de la imaginación y enseñanza de valores éticos y estéticos. Es oportuno, entonces distinguir entre el mediador y el intermediador. Se concibe al intermediador como aquel adulto que solamente facilita al niño el libro y ahí termina su propósito.

En cambio, el mediador no sólo realiza esta tarea sino que también, surge para ver lo que pasa en ese encuentro íntimo entre la lectura y el niño.

 

CONDICIONES DEL MEDIADOR:

Entre otros aspectos, el mediador debería:

 

  • Tener la formación académica adecuada para despertar el interés de los lectores por temas variados que van desde la lectura de obras recreativas, hasta aquellas que abarcan otras ramas del saber
  • Ser un buen lector
  • Saber transmitir el goce por la lectura
  • Poder crear las condiciones ambientales que propicien el deseo de leer
  • Demostrar con el ejemplo el entusiasmo por la lectura
  • Conocer a los grupos de alumnos, habilitándoles de entrada en el rol de lector
  • Estar convencido firmemente en su trabajo como  mediador mostrando compromiso y entusiasmo
  • Sentir curiosidad por los gustos lectores de los niños y niñas
  • Orientar en la selección de libros de acuerdo a los intereses de los destinatarios
  • Ser buen oyente y facilitador del diálogo
  • Propiciar sesiones de lectura partiendo de estrategias específicas de acuerdo a los diferentes grupos.
  • Atraer a sus usuarios a la utilización de los servicios de la biblioteca, y que éstos se interesen por conocer las nuevas adquisiciones llegadas a la misma.
  • Determinar metas definidas de lectura, valorando el sentido placentero de la misma, pero también colaborando para su incidencia en la obtención de mejores aprendizajes.
  • Tener conocimiento de las nuevas tecnologías de la información


ROL DEL MEDIADOR:


En síntesis, el rol del mediador sería:

  • planificar y ejecutar prácticas de lectura que estimulen el disfrute por conocer y aprender a través de los libros en sus diferentes soportes
  • orientar en la búsqueda del material requerido
  • seleccionar y manipular los recursos documentales
  • impulsar situaciones de lectura, y habilitar la circulación de libros. Para ello debe respetar los intereses de los niños de acuerdo a sus características cognitivas, afectivas, culturales y sociales
  • promover y desarrollar hábitos de lectura y coadyuvar a crear lectores asiduos y espontáneos; especialmente impulsando a leer por el placer de leer, diferenciando claramente la lectura obligatoria de la voluntaria.

Con ello el desafío queda planteado ya que en definitiva lo que se pretende es contribuir con la formación y desarrollo de habilidades lectoras y el gusto e interés por la lectura como medio indispensable para el desarrollo de las capacidades intelectuales y el conocimiento científico, tecnológico y artístico de los usuarios de la comunidad donde se encuentra ubicado el centro escolar.